http://www.impre.com/eldiariony/opinion/2008/6/6/y-que-ocurrio-en-puerto-ric
o-59494-1.html

 

 

 

Y qué ocurrió en Puerto Rico?

Carlos Vargas Ramos |

 

2008-06-06    

| El Diario NY

 

Que la senadora Hillary Clinton ganó la primaria en Puerto Rico no fue

sorpresa alguna. Este resultado era de esperar. El nombre Clinton tiene una

resonancia entre los puertorriqueños que no tiene el del senador Obama. Los

ocho años de presidencia de Bill Clinton hacían que la senadora tuvieran más

visibilidad que el senador de Illinois.

Además, Hillary Clinton representa a Nueva York, estado en el que aún reside

el grueso de la población puertorriqueña en los EE.UU.. La presencia del

senador Obama se limitó a una puñado de apariciones en ciertos municipios.

Es decir, Clinton realizó una campaña política mucho más extensa y dinámica

que Obama; de ahí su victoria.

Pero esto no es más que un análisis limitado de lo que aconteció en Puerto

Rico este fin de semana pasado. La noticia detrás de la noticia lo es la

minúscula participación del electorado en estas elecciones primarias y lo

que eso implica. Esto implica que la política partidista estadounidense

apenas incide directamente en la conciencia del elector puertorriqueño.

La participación electoral el domingo fue la más baja de entre las que se

han celebrado en Puerto Rico en las últimas décadas. Menos de 400,000

votantes, 16% del total inscrito, salieron a votar. Esto contrasta con tasas

de participación electoral superiores al 70% e inclusive el 80%.

Más sorprendente es la poca participación entre aquellos electores que

desean que Puerto Rico se incorpore permanentemente a los Estados Unidos

como el estado número 51. Entre los que sí votaron el domingo, 59% desea que

Puerto Rico se convierta en un estado más. Pero ese por ciento tan sólo

representaría 228,000 electores, cuando los que votaron en abril en las

primarias del partido que favorece la anexión a EE.UU. fueron casi 760,000.

Ciertamente el partido que favorece la anexión como estado tiene partidarios

republicanos entre sus simpatizantes que no votaron en las primarias

demócratas. No obstante, los resultados del domingo crean una paradoja para

los líderes anexionistas de Puerto Rico, tanto en cuanto a que si bien

profesan querer participar en igualdad como ciudadanos estadounidenses en

los procesos políticos estadounidenses, sus seguidores no responden a estas

oportunidades, sobre todo en la mejor de la circunstancias como lo fueron

estas reñidas primarias demócratas. La magnitud de la paradoja se multiplica

cuando se tiene en cuenta que, días antes de las primarias demócratas, una

encuesta de opinión pública halló que por primera vez una amplia mayoría de

los encuestados (57%) favorecía que Puerto Rico se convirtiera en estado de

los EE.UU.

Para los que favorecen la autonomía para Puerto Rico, los resultados, aunque

poco halagüeños por el modo en que se empeñó el liderazgo político de esos

partidarios, la baja participación se puede interpretar precisamente como lo

que puede ofrecer el Estado Libre Asociado: sí ofrece la oportunidad de

votar en el proceso primarista estadounidense para aquellos que quieran

participar, pero no es algo sobre lo que deba depender ni la población

puertorriqueña ni el sistema político de Puerto Rico. En este caso, los que

favorecen la autonomía puertorriqueña se mantuvieron al margen de este

proceso eleccionario.

Los que favorecen la independencia de Puerto Rico han tomado la abstención

electoral en las primarias como señal de repudio del asimilismo y como

afirmación de la integridad nacional de Puerto Rico. Ciertamente este pueda

ser el caso, pero es el único consuelo que logra conseguir este movimiento

ante el continuo y amplio rechazo a la opción de la independencia entre el

electorado de Puerto Rico.

La política puertorriqueña, tanto la partidista como la institucional,

depende de la política estadounidense, pero entre el electorado de Puerto

Rico hay poco interés en incorporarse a ese proceso político. La enajenación

del electorado de Puerto Rico del proceso político estadounidense es

patente.

Carlos Vargas Ramos es un investigador en política pública en el Centro de
Estudios Puertorriqueños de CUNY.

 

 


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